Guatemala: Volcanes y Electro-Cultura

Nuestro pasaje por Guatemala fue breve pero increíble. Les recomendamos a todos ir una vez en su vida a Guatemala y deleitarse con sus volcanes, sus montañas, la calidez de su gente y lo colorido de su cultura por sus raíces Mayas. Para nosotros, uruguayos de tierras “levemente onduladas” fue deslumbrante ver volcanes activos a metros de donde estábamos. Literalmente nos sentamos a tomar un café mientras veíamos a un volcán tirar humo frente nuestro. Además de tomar café y disfrutar los volcanes, descansamos, hicimos parapente y conocimos dos iniciativas eléctricas, una de movilidad y otra agrícola: la electro-cultura.

Al cruzar la frontera de México a Guatemala enseguida sientes que hay un cambio de país, justamente por el paisaje montañoso/volcánico y el colorido de las vestimentas. Esto donde más deslumbra es alrededor del Lago de Atitlán, nuestra primera parada. El lago de Atitlán es el mas profundo de Centroamérica y ¿saben donde está ubicado?  En un cráter volcánico. Si, todo es volcanes por ahí. Está rodeado de colinas verdes empinadas, más volcanes con impresionantes conos agudos y diferentes pueblos mayas: San Pedro, San Juan, San Marcos, y todos los demás Santos. La vía de acceso principal al lago, y por donde nosotros llegamos, es Panajachel. ¡Allí había un hotel con cargador y unas vistas increíbles!

Dejamos el auto Panajachel y cruzamos en botecito a San Juan. Habíamos escuchado que era de los pueblitos más lindos. Lo único que sabíamos es que era el hogar de los Tz’utujiles, un pueblo de tradición maya. ¡Qué sorpresa cuando llegamos! Más que un pueblito, es un museo a cielo abierto. Es un lugar teñido de obras de arte donde se relatan historias sobre personajes que han destacado en alguna actividad que se realizan en el pueblo. Todas las paredes de las casas, oficinas, canchas deportivas o incluso los pisos de las calles están pintados, ¡formando murales increíbles! Se respira arte. Aquí puedes aprender de los piropos Tz’utujiles de medicina natural, tejidos y formas de teñir tradicionales y más.

Y todo esto rodeado de naturaleza: el agua azul del lago y las montañas y volcanes rodeándolo. Cuando cae la noche lo único que se escucha es el sonido de diferentes animales, y las únicas lucecitas son las de los muellecitos en el lago. Para Tuti y Oli fue un lugar de descanso, reconexión y reorganización que veníamos de un mes intenso en México.

Martin, no se resistió y se fue a volar en parapente a otro pueblito, San Marcos. ¡Al día siguiente nos reencontramos e hizo otro vuelo, esta vez en Panajachel y Oliver también pudo ir! Todo esto siempre con locales que saben de las condiciones del lugar, donde se puede despegar y aterrizar. Y más en época de lluvias que de un segundo a otro se desata una tormenta y no quieres estar en el cielo volando. De hecho, fue bajo la lluvia que manejamos por rutas sinuosas desde el Lago Atitlan a Antigua, donde nos esperaba un amigo.  El tema de las lluvias fue algo que nos afectó mucho en Centroamérica para la fotografía y filmación. Había paisajes increíbles cuando manejábamos, pero en general llovía, y fuerte. Esos momentos sin lluvia los aprovechamos al máximo.

Llegamos al corazón de Antigua a la tardecita. Íbamos a visitar un amigo y terminamos conociendo dos proyectos eléctricos, uno de movilidad – la Asociación de Movilidad Eléctrica de Guatemala (AMEGUA) – y otro agrícola – un proyecto de Electro-cultura.

AMEGUA es una organización independiente y sin fines de lucro, conformada por empresas y personas innovadoras y visionarias, empujando por promover el desarrollo de condiciones adecuadas para la transición hacia la movilidad eléctrica y tecnologías alternativas en la sociedad guatemalteca. Conocimos a Juan Botran, el presidente de la asociación, que nos contó en todo lo que han estado trabajando. ¡Así que es gracias a ellos que hay tantos cargadores en Guatemala! También conocimos a quien está trayendo los Teslas a Guatemala, Jesse. El forma parte de AMEGUA. Él es consciente que un Tesla es un vehículo de lujo por su precio costoso, pero espera que esto ayude a empujar para el lado de la innovación en movilidad eléctrica y que cada día sean más los vehículos eléctricos en la sociedad guatemalteca. ¡Les agradecemos a Jesse y Juan, que vinieron desde la ciudad de Guatemala solo para conocernos y contarnos de sus proyectos eléctricos!

Al día siguiente todo conocer un proyecto eléctrico totalmente diferente, el uso de la electricidad en la producción agrícola, de la energía gratis de la atmosfera para mejorar los rendimientos en la producción: la electro-cultura. Como los vehículos eléctricos esto no es algo nuevo y ya desde 1700 se habla de la electro-cultura, solo que ahora se le esta comenzando a prestar mas atención y, en muchas partes del mundo, se están haciendo experimentaciones a gran escala. En Guatemala conocimos a Cristina, él lo está haciendo en su finca, a través de prueba y error, a pequeña escala. Para nosotros escucharlo hablar y ver sus creaciones era surreal, casi como una película de ciencia ficción, ¿antenas para tomar la energía de la atmósfera? ¿Espirales o anillos de cobre al lado de los tallos de las plantas? ¿Cargar las semillas con triángulos magnéticos? ¿Y qué beneficios trae todo esto?

 

Al introducir electricidad en el entorno más cercano de las plantas se ha descubierto que se generan varios cambios – por ejemplo, se acelera actividades metabólicas como la fotosíntesis – y lleva a que aumenten la producción por finca, reduciendo o incluso como en el caso de Cristian, eliminando el uso de fertilizantes y pesticidas químicos. ¡Esto significa tener más producción y de mejor calidad! Comida libre de contaminantes.Esto es lo que le atrajo a Cristian ya que él tiene un restaurante vegano y orgánico en el centro de Antigua: Café Samsara y para él era importante tener alimentos sanos y libres de químicos. Por esto comenzó con su finca orgánica, pero rápidamente descubrió que no es fácil mantener las producciones.

 

¡Investigando fue que descubrió la electro-cultura y hoy está experimentando en su finca docenas de técnicas diferentes y complementarias, algunas que ya están dando resultados!¿Acaso el futuro de la agricultura es la electro-cultura? Esa pregunta nos quedó resonando en la cabeza y estaremos atentos a más novedades de Cristian y centros de investigación a nivel mundial. Parece que la electricidad tomó fuerza y un nuevo giro en este siglo XXI como forma de solucionar varios de los problemas que nos dejó el siglo XX. Sabemos que la electro-cultura suena como una locura pero que importante es siempre mantenerse abiertos a los nuevos descubrimientos o, en este caso, al resurgir de conocimientos y prácticas que, por algún motivo, fueron olvidadas.

¿Ustedes están abiertos a nuevas ideas o son muy arraigados a sus prácticas y creencias?