Puerto Escondido: ¡más deporte y rutas al límite!

Felices, pero con el tiempo que nos apremia, nos damos cuenta que ya estamos hace más de un mes en México, es hora de ir para los países Centroamericanos. Pero todavía queremos hacer una parada importante: conocer la famosa ola de Zicatela en Puerto Escondido, el pipeline mexicano. Vemos el pronóstico y parece que se viene el swell de la temporada. Tenemos que meterle pata y ponernos a hacer ruta urgente ya que son aproximadamente 900km. La ruta más rápida que recomienda Google maps es ir de Temascaltepec hacia Acapulco y de ahí bajar todo por la costa a Puerto Escondido. Pero nuestros amigos locales no dicen lo mismo. 

Para nosotros México hasta ahora ha sido súper seguro, tranquilo, con grandes personas y sin grandes inconvenientes… pero nos advierten que esto podría cambiar si tomamos la ruta de Acapulco – hay pelea de cárteles-.  

La ruta recomendada es más larga, pero aseguran que es más linda y segura. Nos aseguramos de que haya cargadores y hoteles con cargadores en el camino, llamamos a confirmar que los mismos funcionan y comenzamos la travesía. El primer día nos dio para llegar a Puebla, allí quedaba el ÚLTIMO supercharger del viaje. Cargamos y dormimos. 

 

Al día siguiente seguimos ruta para entrar al estado de Oaxaca. El destino del día era llegar a la tarde a la Ciudad de Oaxaca, allí había un hotel con cargadores para pasar la noche, antes de hacer el tramo final. Es impresionante como va cambiando la visual. De las cosas que más disfrutamos es esto, hacer ruta tomando mate, y ver los cambios en el paisaje, parar en los puestitos al costado del camino a comer lo que sea que preparen los locales, en este caso burritos y tacos a toda hora, estirar las patas y seguir.

El último tirón, de Oaxaca a Puerto Escondido eran solo 280km, pero aproximadamente 7 horas por la cantidad de curvas y pozos que tiene. Un promedio de 10 curvas por minuto (Tuti las contó múltiples veces y confirmó que este era el promedio), multiplica eso por 7 horas de ruta y te agarras el mareo de tu vida. Pero, en fin, fue muy divertido y al finalizar el día llegamos felices a Puerto Escondido. 

Puerto Escondido es un pueblo de pescadores que se convirtió en el pipeline mexicano por las grandes olas de Zicatela. Surfers de todo el mundo van allí a entrenar e intentar tomar la ola del año. Entre ellos descubrimos que estaba el uruguayo Santi Medeiro y uno de los surfistas mexicanos más destacados de todos los tiempos, Diego Cadena. Ahí estaban ambos, entrenando en esas olas que por momentos hacían temblar la arena y salían varias tablas de surf partidas todos los días. 

Fue un placer compartir con Diego y verlo surfear. Como entra súper calmo y paciente a ese mar gigante y espera, horas, hasta conseguir su ola del día que todos en la playa aplauden. Es que la rompe. Charlando con Diego aprendemos que, si bien dedicó su vida al surf, nunca dejo de lado la tradición familiar: la pesca. Su conexión con el mar es tremenda desde el día que nació y creció en el pueblo costero de Sayulita pescando y surfeando ¡Otro pescador-surfista mexicano! Diego es uno de los dos mexicanos en la historia que ha conseguido clasificar a un World Surf League en 2021 ya con más de 40 años de edad.  Ejemplo de que no solo se necesita talento sino ganas, perseverancia y metas claras.  Si surfear es lo que quieres, que nada te frene, no hay que bajar los brazos, el mar te va a dar olas y el mundo te va a ver. Pero, así como el mar te da, uno lo tiene que cuidar y respetar. Ese fue el principal mensaje que nos llevamos de Diego. 

Santi Medeiro nos dejó un mensaje similar y se los dejamos a ver si inspira a alguno, “si vos sentís realmente en tu corazón que lo tuyo es el mar y la tabla y las olas, dale para adelante que no te vas a arrepentir… no hay límite”. 

Pero Puerto no es solo surf, a minutos de las grandes olas de Zicatela, está una de las playas más importantes de México y del mundo para la anidación de tortugas marinas por la gran cantidad de tortugas que arriban a esta costa oaxaqueña, durante todo el año. Existe una organización, Vive Mar,que fue fundada por personas de la comunidad para proteger 4 especies de tortugas: la laúd, verde, carey y golfina Una de las actividades que hacen es liberación de tortuguitas y una tarde Santi nos acompañó y fuimos a conocerlos. ¡Tuvimos el privilegio de nosotros mismos liberar tortuguitas recién nacidas al mar! Pero, ¿por qué ellos tienen los huevos de tortuguitas y las tienen que liberar? En Oaxaca, a pesar de las campañas y trabajos de conservación, continúa presentándose el saqueo de nidos para la venta ilegal de huevos y la matanza de tortugas marinas para consumo de su carne. Entonces lo que se hace es, cuando una tortuga arriba a desovar, se espera a que ella termine de poner todos los huevos y luego se mueve al nido a un lugar seguro, y cuando las tortuguitas nacen se las colocan frente a la orilla para que ellas lleguen solas al mar.

Ya habíamos estado varios días en Puerto haciendo lo que nos gusta y conectando con gente increíble, pero había algo que nos llamaba mucho la atención: la cantidad de cafés, restaurantes, construcciones – algunas muy encima de la playa – y claro, digital nomads y/o turistas también, como nosotros. En la playa de la Punta no se podía surfear de tantas personas, y la playa a la tarde quedaba mugrienta. Nosotros habíamos imaginado un Puerto un poquito mas tranquilo, mas pequeño. Fue así que investigamos un poco y conocimos a Manuel originario de Puerto que nos contó lo siguiente. Durante la pandemia, México se convirtió en un lugar muy popular ya que se mantuvo abierto. Puerto escondido, aunque ya era bien conocido en la escena del surf, ganó muchísima popularidad muy rápido. Muchos vinieron y se enamoraron del clima tropical, la naturaleza, sus olas, sus calles, su comida, sus precios bajos, y nunca se fueron. Pero detrás de las personas vino un crecimiento sin planificación, desordenado y que resultó excluyente de las poblaciones locales y dañino para todo eso que la gente vino a buscar. Puerto comenzó a cambiar muy rápidamente. 

Surge SOS al rescate de Puerto. SOS Puerto es una comunidad en crecimiento! Es una comunidad que busca evitar este desarrollo excluyente, fallido y sin planificación. Evitar los megaproyectos, la construcción de edificios más altos de lo permitido en la costa, la expulsión de la población local. SOS Puerto busca un desarrollo sustentable e incluyente de la zona. Ellos hoy ayudan a hacer el link entre las personas y el gobierno, exigen cosas, buscan generar diálogo y cualquiera puede participar y apoyar. Si que están abiertos al desarrollo y que vengan más personas, pero ordenado y respetando lo que ya existía en el lugar, ¡así no pierde su magia! Nos encantó este proyecto. ¡Si que están a tiempo Puerto para revertir esta situación!

 

Ahora sí, era momento de seguir. Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica nos esperaban… no podíamos seguir demorando la partida de México. Nos sentamos a planear la ruta y ver donde íbamos a cargar ya que todavía quedaba un buen trecho. Si, México es demasiado inmenso y la tarea de llegar a la frontera con Guatemala desde Puerto Escondido nos llevo 3 noches y no fue fácil. Tuvimos dos grandes inconvenientes:

 

  • El cargador en uno de los hoteles por algún motivo no funcionó para el auto de Martin. Tuvimos que salir a buscar algún soldador o mecánico con enchufe a 220v, hasta que vimos que había un Nissan. Dato: todos los Nissan en México tienen cargadores de autos eléctricos. Nissan estaba a 40 minutos del hotel, ya estaba por cerrar y nosotros no teníamos rango de sobra. Salimos en ambos autos para allí y con un poco de charla y cuentos nos permitieron dejar allí dentro durante la noche el auto de Martin cargando. Volvimos en el otro auto al hotel a cargar y dormir.
  • El último día teníamos una ruta fácil. Solo 3 horas hasta el cargador cerquita de la frontera con Guatemala. Era un día corto así que no salimos temprano, no había apuro… o eso creíamos. El primer indicio de que algo raro sucedía fue cuando en el peaje había personas enmascaradas con machetes, palos y demás. Nos dijeron que ellos eran el peaje y había que pagar. Pagamos sin chistar y seguimos. Pero faltando 1 hora para llegar a destino, ¡ruta bloqueada! Muchos camiones, motos, autos… nadie podía pasar. Era una protesta. Habían asesinado al gobernador de ese pueblo y habían puesto uno a suplantarlo de una forma dudosa. La gente no estaba contenta y nos informan que hoy nadie iba a pasar. ¿Qué hacíamos? El rango ya no nos daba para volver. Un local nos dijo que había una ruta “alternativa”. Que no tenía peajes, pero era muchísimo más larga, de tierra, con curvas y pozos, pasando por zonas rurales. ¿Cuántos km serían? ¿Cuánto tiempo nos llevaría? ¿Es seguro? No teníamos señal para averiguarlo… no había forma de saberlo más que estimar.

Nos la jugamos. Y así fue como un día de ruta de 3 horas, pasaron a ser 9 horas de ruta, por caminos rurales desolados, sin señal, con la noche que caía, grupos de locales con machetes (¡nuevamente!) que paran a pedirte dinero por pasar por sus tierras, y nosotros sin saber cuándo llegaríamos. O si llegaríamos.

Con 2% de carga a las 21.45 llegamos a destino: el cargador en la frontera con Guatemala.