Rumbo a Alaska

Hola a tod@s.

¡Ya estamos en Alaska! Más precisamente en un pueblito llamado Girdwood a 75km de Anchorage, la ciudad más grande de aquí. Si, estamos en esa cabaña azul que ven en la foto a la izquierda, en medio del bosque.

Para llegar desde San Francisco, tuvimos que manejar hasta Tacoma, Seattle. Fueron 15 horas manejando. Al haber “superchargers” cada tres horas podíamos parar, cargar media hora, comer algo y seguir. Un éxito. El único inconveniente fue que el viaje se hizo un poco más largo de lo esperado ya que a Oli se le cayó el celular al lado de la ruta en un momento que paramos. Cuando nos dimos cuenta tuvimos que volver dos horas para atrás, cargar de nuevo y seguir. Decir que estábamos en Estados Unidos y es muy fácil el tema de la carga!

Ya en Tacoma, Seattle, llegamos al puerto y nos estaba esperando personal de Tote Maritime. Ellos nos donaron el envió de los autos en sus embarcaciones. ¡Gracias! Sus embarcaciones fueron construidas para superar los desafíos de navegar por el Golfo de Alaska durante todo el año. Además de la calidez y el profesionalismo de los empleados, lo que más nos gustó de TOTE es su dedicación al medio ambiente, principalmente con dos grandes iniciativas. La primera es que desde 2010 utilizan energía costera “verde”.Esto significa que cuando sus embarcaciones están en puerto se conectan a la red de energía eléctrica del lugar y apagan los motores diésel. Esto reduce las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 90 % durante las paradas de las embarcacionesTOTE cada año en Tacoma. Por otro lado también son los que comenzaron con la conversión a energía de gas natural licuado (GNL). El uso de GNL como combustible marítimo da comoresultado reducciones importantes de emisiones y una mejora en la calidad general del aire.

Tranquilos, todos estos términos para nosotros también eran nuevos pero la realidad es que el mundo se mueve a través de la industria marítima así que es bueno aprender y trabajar con aquellos que están liderando los cambios en materia ambiental.

Mientras los autos viajaban 5 días por el Golfo de Alaska nosotros volamos a Anchorage (vamos a estar compensando todas nuestras emisiones, ¡ya les contaremos cómo!). Llegar a Alaska en avión fue un sueño. Eran las 11:00pm y todavía había sol que iluminaba los glaciares y montañas en gran parte aún muy nevadas. La vista no te da para ver donde termina esta extensión de montañas. Lo que ves al llegar a Anchorage son las montañas Chugach. Es simplemente inmenso e impresionante.

Pero lo más impresionante fue bajarnos del avión y no sentir frío alguno. El clima esta increíble. Fueron días de conocer gente local, preparación y un poco de exploración por las trillas de los bosques siempre cuidando no cruzarnos con un oso ya que a esta altura del año se despiertan hambrientos y con crías.

La gente en Alaska es muy abierta, simpática, dada y aventurera. Son de esos que les gusta irse a acampar al medio de la montaña nevada, llevar equipos para escalar los glaciares, bajar haciendo mountainbiking, o haciendo paragliding. La mayoría son pilotos también y así pueden llegar a conocer zonas totalmente deshabitadas, vírgenes. Al principio es un shock ver que usan tanto sus avionetas, pero luego pensás, ¿y si hubieran abierto rutas para todos esos lados? ¿Cómo se hubiera destruido el ecosistema al cortarlo así al medio y hacerlo de fácil acceso? ¿O las comunidades remotas? No todo es blanco o negro.

En Alaska más de 250 comunidades son muy pequeñas – por ejemplo de 70 peronas- ¡y remotas! Es decir, no hay acceso vía carretera. La única forma de llegar a ellas, de llevar alimentos o medicos en caso de emergencias es por avióneta. Nuestro viaje es en autos, así que no podremos conocer estas comunidades. Pero sí hemos aprendido de ellas charlando con locales. Para la subsistencia en gran parte siguen con métodos tradicionales de caza, esto les da comida, aceite, abrigo – piensen que en las latitudes que están no pueden plantar absolutamente nada. Otro tema es la energía para tener luz y calefacción. Hasta hace un tiempo solo tenían generadores diésel, alguien tenia que llevarles diésel en avioneta -carísimo. Ahora con el apoyo de organizaciones como “Renewable Energy Alaska Project” (REAP), están surgiendo oportunidades de desarrollar formas de energías renovables locales.

De hecho esta semana una comunidad remota, Shungnak, pudo apagar completamente el generador diésel y seguir teniendo electricidad gracias a la energía solar y una microred de almacenamiento, terminando con la dependencia de la energía a diésel. Proyectos como estos hay varios y estuvimos charlando con Chris Rose, el director ejecutivo de REAP que nos contó de otros ejemplos y las diferentes formas que ellos están apoyando a las comunidades a hacer esta transición: educación, financiación, políticas y colaboración con laboratorios y expertos nacionales.

A Chris lo conocimos en la “Alaska Sustainable EnergyConference”, a la que Tuti asistió para informarse más de esta temática y saber qué se está haciendo aquí para una transición energética justa e inclusiva. De mientras Oliver y Martin estaban con Sergio, mexicano en Alaska, terminando el wrap de los autos: serán negros matte, con nuestro logo y el de todos nuestros sponsors. En la foto al inicio del blog pueden ver como va quedando uno.

Ahora estamos esperando que nos llegue el titulo del auto, para poder registrarlo en Alaska y comenzar a manejar al este rumbo a Canadá. Si tienen ideas o conocidos por aquí nos ponen en contacto.

¡Gracias por leernos y ser parte de esto!

Equipo Electric Americas.